EXPOSICIÓN TEMPORAL “MAEMUKI. La construcción de la memoria”

El MÁM tiene el placer de acoger la exposición Maemuki, de Jose María de la Rubia Tejeda.

Pintura y escultura se aúnan en esta muestra temporal en la que de la Rubia fusiona dos proyectos anteriores , “The Memory of Trees” y “Cubos de la Memoria“. Ahora, bajo el lema “Maemuki”, aúna dos series de obras, una figurativa -las esculturas se basan en la fotografía-, y otra abstracta -trabajo más teórico con tablas de color-, dos modos de trabajar que se caracterizan como una tensión, una oposición.

Bajo el lema “Maemuki”, de la Rubia realiza una intervención perpetrada desde el corazón con la que invita al espectador a centrarse en lo que está por venir.

“La mirada del espectador es convocada. La contemplación es un lenguaje sin palabras. Pretendo transmitir mensajes de supervivencia, recuerdos, emociones, historias y cosas de mi vida. La obra está abierta y permite múltiples interpretaciones. Toda imagen representa un acto. Se descubren relaciones de la obra entre sí, mediante la colocación y los elementos que la constituyen.”

“Con mi arte busco encontrar sentido a la vida, me esfuerzo en representar el mundo que nos rodea, ayudándome de la fotografía y del óleo. Sólo queda su descubrimiento por parte del espectador”.

La muestra permanecerá en el MÁM hasta final de temporada, 29 octubre de 2023, y podrá visitarse en el horario de apertura del museo -fines de semana-.

EL MÁM CUMPLE 20 AÑOS

El Museo abrió sus puertas al público de forma regular un viernes 31 de mayo de 2002. Era el último y más importante proyecto del escultor, su último sueño. Una “escultura madre” que guardara dentro todas sus hijas.

Ángel Mateos comenzó a fraguar la idea de un museo a mediados de los años ochenta, cuando el escultor comenzó a alejarse definitivamente de los círculos artísticos. Era el escape de un artista que, cansado ya de esfuerzos expositivos, se concentraba en realizar su último y más importante proyecto. Y este tenía que ser una arquitectura que, no solo albergara su obra, sino que reflejara su sentir artístico: tenía que ser resultado de su escultura. Y lógicamente, sería en hormigón armado, el material al que siempre estuvo ligado y su escultura debe su razón de ser.

Desde un primer momento, se refería a él como habitáculo; su idea era una escultura habitable. No obstante toda su trayectoria es un ejemplo de fidelidad, no solo a unos principios artísticos –la lógica de las formas, como él lo expresaba-, también a un material que encarnaba -como en toda gran obra- la comunión entre la intención -la forma- y el medio con el que se materializa.

Este museo es el último gesto de un rebelde, de un inconformista que siempre creyó en el ser humano y en su capacidad para superarse. Era un impulso positivo y democrático de un escultor orgulloso de haberse hecho así mismo, que siempre rechazó el arte académico y sus convencionalismos. Ángel Mateos siempre fue consciente que este sentir, junto con una visceralidad que imposibilitaba cualquier superficialidad, eran el germen de la marginación que llegó a sentir.

Así, este escultor que rehuía lo pomposo y sofisticado y apreciaba la sinceridad y la personalidad en el arte, tras años de trabajo centrado en este último gesto artístico, tuvo su obra terminada en junio de 1999. Este contenedor de arte de 420 mde hormigón, de realización técnica impecable, estaba acabado.  El artista había terminado su último sueño.

Ángel Mateos había desafiado esa maldición que dice que “ojalá consigas aquello que te propones”.

Pero Mateos hacía mucho que lidiaba con la decepción. Ya en una entrevista expresaba que “su museo no era de este tiempo”. Y es que en él no cabía inseguridad, creía en su obra, y estaba convencido de su representatividad –“estoy representando con ella nuestro tiempo”-, pero también intuía que el vacío apoyo institucional que siempre sintió -y que poco iba a cambiar-, era fruto de su propia intransigencia hacia lo superficial, a la impostura y hacia todo lo que no sea fruto de la libertad y de la independencia creativas.

Desde su finalización en 1999 hasta su apertura, el proyecto se completó con la construcción de la recepción en la parte posterior del recinto.

Esta, fue un encargo de Ángel Mateos a el arquitecto José Ángel Mateos Holgado, su sobrino, quien se encargó igualmente del proyecto arquitectónico del museo a partir del diseño de su tío.

 

 

 

Su apertura al público se dilató hasta el 2002. Ángel Mateos era reacio a abrirlo y gestionarlo él, esperaba que alguna institución, le propusiera gestionarlo. Esta propuesta llegó del Ayuntamiento de Doñinos, cuyo alcalde por entonces, Santiago Fraile, estuvo implicado con el escultor desde un principio, facilitando los permisos necesarios -la escultura de grandes dimensiones en hierro, al lado de la carretera en pleno Doñinos, es donación del escultor en agradecimiento al municipio-.

 

 

Tras una primera jornada de puertas abiertas en 2001 para los doñinenses, el 25 de abril, fiesta patronal de San Marcos, la inauguraron del Museo del Hormigón, como el artista quiso denominarlo, fue el 31 de mayo del 2002. Y ahí Ángel Mateos concluyó toda actividad artística. Su sueño estaba cumplido. Dejaba un legado descomunal, y la tranquilidad que confiere la seguridad en lo hecho. Le bastaba ir por Doñinos, contemplar su museo y disfrutar con la gente del pueblo charlando y tomándose unos cafés y unos chupitos -muchos en el bar de César…- con Santiago, Rafa, Chan y compañía…

 

Hoy, veinte años después, al viandante que pasa delante de él, le sorprende su estatismo, su poderosa presencia… su silencio; y si accedemos al interior, uno puede sentir que acaba de adentrarse en un mundo de hormigón oculto y sorprendente. Es, como F.J de la Plaza dijo, una mastaba que lleva en su interior, como las tumbas egipcias, el cosmos completo de su propietario.

    Museo Ángel Mateos

 

 

#queverensalamanca #lugaresdeinteres #esculturacontemporánea #museos #museosdesalamaca #museosdeespaña #escultura #abstracción #escultura  #escultoresespañoles

EXPOSICIÓN – ESTUDIO MATEOS

Esta temporada 2022 la colección permanente incorpora nuevos contenidos a la exposición. El MÁM refuerza su didáctica con contenidos que acerquen el proceso creativo del artista.

Así, con el título de ESTUDIO MATEOS, el visitante encuentra al final del recorrido una exposición de dibujos y maquetas previos con los que el escultor trabajaba. Son estudios todos inéditos, que relatan el proceso creativo del artista, las primeras ideas, bocetos y maquetas, que ilustran ese trabajo de taller del escultor.

Como espacio de cultura y de aprendizaje, la didáctica conecta al espectador con los contenidos del museo, por ello esta muestra pretende acercar el proceso creativo.  Queremos que la visita al MÁM, constituya una experiencia en sí misma para el público.

 

Destacan entre estos estudios del artista aquellos que se centraron en la concepción de su museo; dibujos y maquetas que formaron parte de su primera idea.  Completan esta exposición un sistema de códigos QR con los que el visitante accede a otros dibujos y bocetos de génesis de algunas obras. Un trabajo de investigación que el MÁM brinda a sus visitantes.

 

 

 

 

 

 

 – ACCESO AL MUSEO – museos en Salamanca – museos de Salamanca – #museosdesalamanca. –  #museossalamanca. arte contemporáneo en Salamanca #artesalamanca, – #escultura – #museosdeespaña #brutalismo – #hormigón – #concreto – #arquitecturaenhormigón #brutalismosalamanca – #arquitecturasalamanca #museosescultura

REAPERTURA DEL MÁM : SÁBADO 3 JULIO

El próximo sábado día 3 de Julio inauguramos la nueva temporada 2021. Teníamos ganas de recuperar la actividad y recuperar el horario de apertura regular.
Este año incorporamos una exposición temporal que estará en el museo hasta final de temporada
Se trata de una exposición de fotografía de Victorino García Calderón,  fotógrafo salmantino colaborador del museo.  En ella podréis nos muestra una serie de fotografías inéditas sobre la obra de Ángel Mateos,  una propuesta personal a partir de esculturas de nuestro artista; visiones fragmentadas de las esculturas de Mateos que un día formaron parte de la exposición en las aguas del Tormes y que hoy están emplazadas en Morille, con las que Victorino compone un mosaico geométrico de fuertes contrastes con entidad artística propia.
Esta exposición viene a complementar los cambios expositivos realizados la temporada pasada y que solo pudimos mostrar mes y medio que el MÁM abrió; hablamos de nuevos elementos expositivos con imágenes y textos de Ángel Mateos así como varios paneles divulgativos sobre la historia del hormigón y los vínculos entre la arquitectura y la obra del escultor.